No voy a escribir mucho, porque necesito acostarme, pero este capítulo fue muy, muy interesante. Parece que por fin, el mundo real está alcanzando a Florentino y Fermina. Sí, la procesa de envejecer ha sido muy largo para ambos, pero en este capítulo vemos unos cambios muy significativos en los dos amantes. Florentino está perdiendo su energía sexual, y tiene una mala caída en la página 416. Fermina dice en la página 436 que “huele a vieja,” y Florentino se da cuenta de este cambio también, comparándolo con su olor de antaño, de las camelias. Una cita interesante, en esa misma página:
“Ambos fueron bastante lúcidos para darse cuenta, en un mismo instante fugaz, de que ninguna de las dos era la mano que habían imaginado antes de tocarse, sino dos manos de huesos viejos. Pero en el instante siguiente ya lo eran.”
Que hermosa esa idea. Tanto ha cambiado, alrededor de ellos y dentro de ellos, pero todavía se queda esa chispa de personalidad pura, de atracción eternal, de amor puro.
Vemos la dificultad de navegar los cambios de tantos años en el procesa lento de la reunión de los dos. Florentino ya no puede escribirle el mismo tipo de cartas de amor que siempre escribía; ahora tiene que cambiar su estilo de escribir y seducirla (pg. 397). Necesito dormir ahora, pero quizás mañana hablaremos más de este proceso lento y difícil.
No voy a escribir mucho, porque necesito acostarme, pero este capítulo fue muy, muy interesante. Parece que por fin, el mundo real está alcanzando a Florentino y Fermina. Sí, la procesa de envejecer ha sido muy largo para ambos, pero en este capítulo vemos unos cambios muy significativos en los dos amantes. Florentino está perdiendo su energía sexual, y tiene una mala caída en la página 416. Fermina dice en la página 436 que “huele a vieja,” y Florentino se da cuenta de este cambio también, comparándolo con su olor de antaño, de las camelias. Una cita interesante, en esa misma página:
ReplyDelete“Ambos fueron bastante lúcidos para darse cuenta, en un mismo instante fugaz, de que ninguna de las dos era la mano que habían imaginado antes de tocarse, sino dos manos de huesos viejos. Pero en el instante siguiente ya lo eran.”
Que hermosa esa idea. Tanto ha cambiado, alrededor de ellos y dentro de ellos, pero todavía se queda esa chispa de personalidad pura, de atracción eternal, de amor puro.
Vemos la dificultad de navegar los cambios de tantos años en el procesa lento de la reunión de los dos. Florentino ya no puede escribirle el mismo tipo de cartas de amor que siempre escribía; ahora tiene que cambiar su estilo de escribir y seducirla (pg. 397). Necesito dormir ahora, pero quizás mañana hablaremos más de este proceso lento y difícil.